El pasado 6 y 7 de Junio tuve la oportunidad de participar como invitado de Proexport Colombia al II Foro Base Internacional, evento organizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), enfocado a fortalecer el desarrollo de los mercados de la Base de la Pirámide en América Latina y el Caribe. El segundo día de la conferencia tuve la oportunidad de escuchar una disertación de Iqbal Quadir, fundador de Grameenphone, empresa que provee telefonía móvil a más de 100 millones de personas en Bangladesh y factura más de un billón de dólares, en uno de los países más densamente poblados y pobres del mundo. Desde que vendió la totalidad de su participación en esta empresa hace unos años, el Dr. Quadir se desempeña como director del Centro Legatum para el Desarrollo del Emprendimiento en MIT, fundado por él.
Antes de hablar de la conferencia quisiera brindar un poco de contexto. La visión del Dr. Quadir, considerada como muy radical en su tiempo, era crear acceso telefónico universal en Bangladesh y aumentar las oportunidades de autoempleo para los pobres de las zonas rurales. En 1993 fundó una empresa con sede en Nueva York llamada Gonofone (que en bengalí quiere decir “teléfonos para las masas”) y que más tarde sería la plataforma de lanzamiento para Grameenphone. La visión del Dr. Quadir de un proyecto comercial a gran escala lo llevó a organizar un consorcio global de empresas a quienes atrajo para complementar su visión de conectar a todo Bangladesh mediante un esquema de distribución práctico a través del cual los emprendedores de las aldeas, respaldados por micropréstamos, pudieran vender al por menor servicios telefónicos a sus comunidades circundantes. El éxito de Grameenphone ha sido elogiado como un modelo novedoso para abordar el mejoramiento de las oportunidades económicas, la conectividad y el empoderamiento de los ciudadanos en países pobres a través de inversiones rentables en tecnología.
La disertación del Dr. Quadir, durante el evento se fundamentó en el hecho de que el ser humano, independientemente de su nivel socioeconómico, tiene en su esencia y en su naturaleza misma el deseo de mejorar su condición de vida. Por lo tanto, es el deber de las autoridades y los empresarios potenciar (y nunca “atrofiar” con dádivas y limosnas) este deseo. De igual forma aprendí que una vez libre de trabas y obstáculos, este deseo intrínseco de superación puede transformar totalmente sociedades y naciones. En pocas palabras, me atrevería a decir que guardando las distancias su exposición fue una especie de reivindicación de los postulados de Adam Smith. Además, aprendí también sobre algunos paradigmas erróneos que muchos tenemos, tales como el pensar que los países pobres carecen de recursos, cuando la realidad es que los países pobres de lo que realmente sufren es de un altísimo nivel de desperdicio y despilfarro de recursos (incluyendo entre estos recursos el talento de sus ciudadanos…).
No obstante, el mayor aprendizaje de esta conferencia fue escuchar su percepción de cómo se pueden hacer negocios lucrativos con los pobres ayudándoles a su vez a estos a salir de su condición, y no aprovechándose de ésta. Entiendo que su mensaje se resume en la simple frase: “las empresas no deben ganar dinero para hacer el bien, sino que deben hacer el bien para ganar dinero”. Confieso que mientras escuchaba al Dr. Quadir pensé en la enorme cantidad de negocios en nuestro país, cuya rentabilidad está únicamente sustentada en los bajos salarios de los empleados o incluso en la ignorancia (o poco acceso a la información) de sus consumidores.
Como final feliz (y como cada vez creo menos en las coincidencias…) a mi regreso tuve el enorme placer de coincidir con el Dr. Quadir en el aeropuerto mientras esperábamos nuestros respectivos vuelos. Durante unos minutos compartimos amenamente mientras nos ayudábamos mutuamente a hacer nuestra espera un poco menos intensa. Escuchar la historia de cómo él venció obstáculos, desafió paradigmas y retó el status quo en su búsqueda de consolidar lo que es y era su visión: “La conectividad aumenta la productividad y la productividad aumenta el poder adquisitivo, y por ende la calidad de vida” fue una experiencia inspiradora. Su mensaje es claro: “sigue tu intuición y persigue tus sueños…”
Le prometí invitarle a República Dominicana a compartir su experiencia a lo que accedió gustosamente. Ya es sólo un asunto de poner la fecha…