Como ya he comentado anteriormente a través de este blog, mi primera experiencia laboral vinculada a mi carrera de ingeniero industrial fue en una planta de zona franca del área farmacéutica. Recuerdo como hoy los famosos shutdowns o paradas, las cuales aprovechaban días festivos para hacer labores de mejora, mantenimiento extenso, limpieza profunda e inventario exhaustivo. Es decir, durante estas paradas calendarizadas, se realizaban actividades cuya profundidad, envergadura, impacto y duración requerían realizarse solo con la planta totalmente parada y sin personas laborando.
Hoy resulta ser que, aunque para nada planificado, el mundo se encuentra en un shutdown sin precedentes. Siendo este el caso, la pregunta obligada que nos debemos hacer es qué estamos haciendo durante esta parada obligatoria… ¿Estamos realizando esas labores productivas y de crecimiento que nos ayudarán a lidiar mejor con la situación o incluso a salir reforzados cuando todo esto termine? ¿Estamos buscando nuevas oportunidades que nos permitan reinventarnos? O, por el contrario, ¿estamos negados a asumir esta “nueva normalidad” y por ende, a lidiar y fluir con ella?
Por si les aporta algo, aquí les comparto las nueve pautas que estoy tratando de seguir durante este shutdown. Utilizo intencionalmente la palabra “tratando” porque esta es una situación cambiante y, por ende, implica un proceso de ajuste personal constante al que todos tenemos que adaptarnos. Y es más que obvio que el cumplimiento cabal de estos puntos no siempre es 100% posible en todo momento.
- Ayudar a los demás. Pocos aspectos generan más paz, sentido de propósito y trascendencia que el ayudar a los demás, sobre todo en momentos de crisis. Es probable que usted tenga sus propias necesidades y miedos. Pero seguramente que en su entorno inmediato hay personas que necesitan de su ayuda. Esta ayuda no se refiere necesariamente a recursos económicos. Podemos ayudar de muchas otras maneras como aportando información relevante, brindando consejos, escuchando a los demás o dando un poco de paz y tranquilidad. Otra ventaja es que estar en “modo ayuda” es un gran repelente de pensamientos negativos.
- Ser productivo. Ya lo decía Charles Darwin en esta frase: “Un hombre que se permite malgastar una hora de su tiempo no ha descubierto el valor de la vida”. O el mismo Winston Churchill cuando expresaba: “Nadie debe desperdiciar un solo día”. La realidad ineludible es que el único activo que tenemos que no podemos recuperar es el tiempo. ¿Qué estamos haciendo con ese tiempo que ahora nos sobra a algunos? ¿Lo estamos ocupando en actividades que nos agregan valor a nosotros y/o a otros? Y de ser así, ¿estamos incorporando herramientas que nos ayuden a maximizarlo?
- Administrar la información. Gestione efectivamente esa fina línea roja que hay entre estar actualizado y estar saturado de información. Cuando reciba una determinada información por las redes sociales, antes de leerla hágase la siguiente pregunta: ¿Me va aportar información valiosa o solo preocupación? Como puede ser que aporte ambas, sopese si la información que le va a aportar es suficientemente relevante para compensar la preocupación. Ojo: no hablo de estar en negación; hablo de evitar una sobreexposición a informaciones negativas o tóxicas, pues todos los excesos son malos.
- Sostener conversaciones cara a cara. Piense por un momento. Si en su cotidianidad laboral o personal, el buscar la solución a un problema o tomar una determinada decisión se haría luego de una reunión o conversación cara a cara, ¿por qué entonces no usar la tecnología ya existente para los mismos fines en estos momentos en que muchos de nosotros estamos trabajando desde casa? Lo mismo aplica en el plano personal a la hora de sostener una conversación con un amigo o familiar en estos momentos en que lo que necesitamos es ver rostros diferentes.
- Trabajar en los pendientes. Seguro que si busca en sus apuntes antiguos encontrará una serie de temas, ideas, proyectos e, incluso, deseos pendientes que hubiese hecho en aquel momento “si tan solo tuviese tiempo”. Pues le informo que ahora eso es lo que más usted tiene… Haga también su lista de esos pendientes que incluya desde lo más sencillo hasta lo más trascendente, y empiece a trabajar en reducirla. Priorice en función del impacto y valor agregado que estos pendientes podrían generar a su futuro.
- Establecer rutinas. Recientemente leí una frase que me gustó mucho: “El secreto de tu futuro está escondido en tu rutina diaria”. Es muy importante establecer, dentro de lo que las circunstancias lo permitan, rutinas diarias y semanales. Estas rutinas no son solo para el trabajo, sino también en el plano personal. Establecer una rutina genera orden mental y sensación de cierto nivel de control. Introduzca nuevos rituales a su rutina cada vez que pueda. Esto le dará sensación de novedad.
- Cuidar su salud. Aliméntese correctamente, haga ejercicios físicos (ya no tiene la excusa del tiempo), duerma y supleméntese. Póngase alguna meta (perder peso, mantener el mismo peso, iniciar rutina de ejercicios o relajación, etc.). Recuerde que los shutdowns son para mejorar, nunca para salir en peores condiciones. Además, recuerde que mientras mejor condición física tenemos, mejor podemos afrontar cualquier enfermedad.
- Trabajar en sus hábitos. Es probable que hayan algunos aspectos de su realidad que usted quiere mejorar o cambiar. No hay mejor ruta para lograr esto que a través de sus hábitos. O de repente hay algunos hábitos que le gustaría incorporar y algunos otros que le gustaría modificar o cambiar. No hay mejor plataforma para trabajar en modificar o introducir nuevos hábitos que un cambio de realidad como es el actual. Los expertos indican que la mejor vía para lograr esto es trabajar en pequeños cambios e ir escalando. Esto toma tiempo, pero si algo tenemos muchos ahora es precisamente eso, tiempo.
- Practicar la gratitud. Sin importar nuestras circunstancias y realidad, es altamente probable que, si miramos a nuestro alrededor con cierto detenimiento, tenemos uno o más motivos para estar agradecidos. El problema muchas veces es que vemos nuestras bendiciones como hechos asumidos. Hagamos el esfuerzo consciente de ver e identificar esas bendiciones. Expresemos nuestra gratitud, incluso por nuestros problemas, a la providencia pues muchas veces son el paso a grandes bendiciones. Sea agradecido con los demás y demuéstrelo.
En resumen, pregúntese: ¿Qué estoy haciendo ahora para salir reforzado cuando esta situación adversa pase y volvamos a una relativa normalidad? Quizás nos encontraremos en un nuevo escenario retador en el que mientras más preparados estemos, más podremos maximizarlo…