Qué mejor momento para iniciar este blog que mi regreso del World Innovation Forum (WIF) en Nueva York, evento al que tuve el placer de ser invitado por mi colega y amigo Augusto Carrizo de WOBI / HSM, organizador de tan magistral y único evento. Guy Kawasaki (nada que ver con el motor pero sí mucho con la innovación en los negocios), Jean-Claude Biver (el famoso CEO de Hublot), Henry Chesgrough (creador del concepto “Open Innovation”), Mohanbir Sawhney (mi profesor de Kellogg favorito), Scott Cook (fundador y CEO de Intuit), Russell Stevens (uno de los responsables de la campaña de Livestrong y del la campaña 2008 del presidente Obama) y el “archifamoso” inventor Ray Kurzeil, sólo por mencionar algunos. Verdaderamente todo un “dream team” de maestros de la innovación y la creatividad coincidiendo, entrega tras entrega y como si lo hubiesen ensayado, en los mismos mensajes clave: la innovación es la clave del éxito hoy día, la importancia de crear nuevos modelos de negocios y redefinir las reglas de juego en tu sector, la relevancia de auto-inventarse constantemente y claro está en mensaje que nunca puede faltar: las personas, a todos los niveles de la organización y fuera de estas son la ÚNICA fuente para innovación.
Alguien me dirá que sería un poco absurdo escuchar lo contrario en un evento donde precisamente la innovación es el eje central del título de este. Mi respuesta es que lo definitivamente sería absurdo es asumir lo contrario a esta idea. Para muestra basta un botón (o mejor dicho varios botones). Apple, Samsung, Virgin y Google entre muchas otras son ejemplos vivos de lo que implica innovar y redefinir las reglas de juego en un sector, o incluso de haber creado sectores totalmente nuevos. Y luego pensemos en empresas que perdieron su “ángel” como es el caso de Motorola, Kodak y Nokia. Estas últimas siguieron siendo muy eficientes haciendo lo mismo, cuando “lo mismo” ya no era la norma en el mercado…
Algunos también me podrán decir que en nuestro país, aún factores como el precio, la tradición, la lealtad del cliente a la marca, los canales de distribución, las relaciones con las autoridades de turno, el servicio, el acceso a las fuentes de financiación etc. son más importantes que la capacidad de innovar. Mi respuesta es que, aunque si bien esto es muy debatible, podría quizás haber algo de razón en este planteamiento. Pero inmediatamente reforzaría mi respuesta con una pregunta: ¿Acaso no hay mucho espacio todavía para innovar y, por ende, sacar ventaja competitiva en todos y cada cada uno de estos factores antes mencionados?
Tratemos de incorporar la innovación en el DNA mismo de nuestras organizaciones. No tenemos nada que perder y si muchísimo que ganar. A lo largo de esta semana estaré publicando mis resúmenes y aprendizajes de lo que a mi entender fueron las mejores presentaciones de este evento. Una tarea un poco difícil ya que todas fueron excelentes…