8,760 horas…

Hoy 19 de marzo se cumple justo un año de aquel fatídico día en que, al igual que un alto porcentaje de las empresas del país, todos los colaboradores de las empresas que tengo el honor de dirigir nos marchamos de nuestras oficinas a iniciar un confinamiento indefinido. A diferencia de otras empresas, ya diez días antes de esta medida nuestra empresa había sido fuertemente impactada debido a la cancelación por parte de los clientes de numerosos proyectos y eventos, cual si fuesen fichas de dominó.

En cuestión de días, se esfumó, como un espejismo al acercarnos a él, toda nuestra proyección de ingresos futuros. Recuerdo como hoy aquella reunión días previos al confinamiento en la que indiqué a nuestro equipo: “No sé si para bien o para mal, pero nuestro negocio ha cambiado para siempre. Este momento de inactividad temporal forzada lo debemos aprovechar para ‘desempolvar’ todos esos proyectos e ideas que hemos venido aplazando ante las presiones del día a día. No sabemos lo que nos depara el futuro, pero lo que venga nos encontrará trabajando”.

Los primeros días de confinamiento consistieron en auditar y priorizar todos los proyectos. Y, sobre todo, distribuir las responsabilidades. Para mantener la moral y el compromiso, implantamos la práctica de sostener todos los viernes en la tarde una reunión virtual de todo el personal. En la primera reunión semanal, anuncié tres cosas: la primera era que, hasta nuevo aviso, todos y cada uno debíamos olvidarnos de lo que hacíamos antes. Es decir, debíamos olvidarnos de nuestras funciones y responsabilidades previas al confinamiento. Les aclaré que este era el momento de desaprender y reaprender, y de asumir las responsabilidades que ameritaban las circunstancias. En segundo lugar, les indiqué que debían olvidarse para cuál empresa trabajaban antes y que de ese momento en adelante todos éramos parte de una nueva entidad imaginaria denominada ENDAP (Empresas de Ney Díaz ante la Pandemia). Y tercero, y no menos importante, creamos una meta temporal movilizadora a la que llamamos “0 en el 1” o “Cero proyectos y pendientes para el primer día de la reapertura”.

ENDAP0 en 1

Era el momento de preguntarnos qué hacer como negocio y frente a nuestros clientes en medio de la incertidumbre que generaban las circunstancias. Asumimos que no era el momento de pensar en ingresos y que la referencia que regiría nuestro actuar era aferrarnos más que nunca a nuestro propósito: aportamos conocimientos para el éxito. En ese momento, entendimos que la prioridad para nuestros clientes (empresas y personas) era lidiar con y gestionar, en todas sus vertientes, una situación inesperada y sin precedentes. Fue así como iniciamos un ciclo de webinars totalmente gratuitos (14 en total) gracias al apoyo invaluable de nuestros expertos asociados. De igual forma, organizamos un evento de un día completo, también gratis, al que denominamos Motivation Day, el cual fue un rotundo éxito.

La confianza y destrezas que fuimos desarrollando con los webinars gratuitos, además de otros que nos solicitaron nuestros clientes, nos dieron el punto de arranque para articular una oferta de workshops virtuales totalmente nueva que lanzamos en junio de ese año, no sin antes habernos pasado un mes completo reconstruyendo para el mundo virtual esa gestión de la experiencia del cliente que tantos nos ha caracterizado. De igual forma, el éxito del Motivation Day nos dio la confianza de seguir haciendo otros grandes eventos virtuales. Y es así como terminamos el 2020 con 45 workshops virtuales realizados y 5 grandes eventos virtuales adicionales al Motivation Day. Asimismo, el área In House de INTRAS, cuyos proyectos (incluso internacionales) se habían desvanecido, pudo apoyar exitosamente a numerosas organizaciones con diferentes soluciones y proyectos internos de alta envergadura surgidos a raíz del confinamiento. Y en SKILLS, lanzamos una oferta totalmente nueva y robusta de soluciones virtuales, la cual ha tenido gran acogida.

A nivel interno, no paramos ni un minuto. Desde el relanzamiento del site de INTRAS hasta el lanzamiento de una App, pasando por la creación de la unidad de Digital Learning, el lanzamiento de las Especializaciones, la creación de un learning hub y la realización de numerosos estudios entre otros proyectos e iniciativas. Todo esto se los puedo resumir muy fácilmente: hoy día, a raíz de la pandemia y la reinvención que resultó de esta, somos una mejor empresa que antes. Y todo ello gracias al apoyo de un equipo maravilloso de colaboradores que durante estas 8,760 horas que han transcurrido han dado el 150 por ciento y caminado muchas millas extras. Sin ellos, nada de esto hubiese sido posible.

Lo que les acabo de contar, aunque nos llena de gran satisfacción, no lo he hecho para compartir una historia de éxito. Si algo he aprendido en este tiempo transcurrido es que no podemos predecir el futuro, por lo que debemos asumir nuestros retos con mucha humildad, a sabiendas de que, por mejor que lo hagamos, hay situaciones exógenas que nos pueden afectar. Tampoco es el deseo de pasar un inventario de nuestras innovaciones y novedades, pues estoy seguro de que un altísimo porcentaje de las personas que están leyendo este post laboran en, poseen o dirigen organizaciones que acometieron exitosamente profundas transformaciones. Incluso muchas de estas personas han liderado esas transformaciones. Estoy seguro de que muchas de sus historias de reinvención son mucho más transcendentes que la nuestra. Mi única intención es evidenciar todo lo que se puede lograr cuando no tenemos otra opción que no sea la de avanzar y cómo podemos transformar una situación adversa en la mejor forma de darnos cuenta de qué estamos hechos realmente.

Por último, quiero compartirles un testimonial de que en la vida hay que sembrar, aportar y siempre sumar. Las excelentes relaciones que construimos con nuestros clientes durante aquellos tiempos “normales” fueron el ancla en la que pudimos sustentarnos en el momento más álgido de la tormenta. Su voto de confianza en un momento difícil nos demostró que es muy rentable poner a todos los clientes en su merecido pedestal.

La humanidad no ha superado en lo absoluto esta crisis. Aún son muchas las personas que están sufriendo directa o indirectamente las estelas de esta pandemia. Por otro lado, nada nos exime de que esta sea la última crisis de envergadura que vivamos. Lo que no podemos olvidar jamás es que debemos plantar cara a los vientos adversos y mostrar nuestra mejor versión. Es seguro que a mediano o largo plazo veremos los frutos…

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