Pasada la euforia y las celebraciones del impresionante triunfo de Félix Sánchez, he decidido tomarme el atrevimiento de analizar a Félix Sánchez como líder a través de cuatro lecciones. Lo de atrevimiento lo digo por tres motivos: en primer lugar porque confieso que tengo la cultura deportiva de un niño de diez años, segundo porque a la hora de hablar de Félix Sánchez es difícil dejar las pasiones a un lado y tercero porque no deja de ser un ejercicio subjetivo, especulativo e interpretativo. Pero como dicen algunos, el mundo es de los atrevidos…
PRIMERA LECCIÓN: Desafíe los Paradigmas: El líder que quiera trascender debe desafiar siempre el status quo y obviar el “qué dirán”. Dicho de otra forma, debe ignorar las famosas frases de “esto siempre ha sido así”, “la experiencia nos indica qué”, o la más famosa de todas “si nadie lo ha hecho es por algo”. El desafiar las normas preestablecidas, los estereotipos y el qué dirán debe ser uno de los principales combustibles emocionales del líder en su objetivo de trascender. Esto requiere una disciplina impresionante y sobre todo la capacidad de no dejarse influenciar. Si bien Félix Sánchez ha roto siempre paradigmas, estoy seguro que el lograr demostrarle al mundo, y a si mismo, que ocho años después, con treinta y cinco años de edad y tras un listado infinito de lesiones, fracasos y decepciones se puede volver a triunfar, fue uno de sus principales estímulos.
SEGUNDA LECCIÓN: Aprenda de los Fracasos: Quien no ha tenido grandes fracasos en su vida no ha intentado nada realmente trascendente. Imagine a alguien que tras varios fracasos se auto-descalifique o incluso auto-sabotee en sus nuevos intentos de lograr una meta retadora. ¿Se atrevería a considerarlo un líder? Incluso, en el punto más álgido de su fracaso, el líder siempre recuerda que la tierra da muchas vueltas y la vida no es lineal, por lo que un fracaso no debe ser visto como tal, sino como una gran lección para el futuro. Un alimento vital que debe usar un líder para demostrarse que “se puede” en momentos difíciles es recordar éxitos pasados y visualizarse logrando su nuevo reto. Debemos recordar siempre que diez fracasos pasados pueden ser opacados por un gran éxito en el presente. Félix Sánchez no permitió que sus fracasos continuos lo desmotivaran sino que los atribuyó a factores y situaciones coyunturales. Me imagino a un Félix Sánchez diciéndose a sí mismo: “Si ya lo logré antes seguro que lo puedo lograr de nuevo”.
TERCERA LECCIÓN: Busque Factores de Motivación: Nadie es totalmente autosuficiente en materia de motivación. Todos los seres humanos requieren, en mayor o menor grado, de elementos o factores de motivación para lograr sus objetivos. Lo que diferencia a los líderes de las personas normales, es su capacidad de crear y sobre todo de regular por si mismos esos factores que les motivan, convirtiéndoles en el estímulo para el logro de sus objetivos. Ya sea una misión de vida, una promesa personal, un compromiso, demostrarse algo a sí mismo, demostrarle algo a los demás, servir de ejemplo, pasar a la historia, siempre habrá algo que movilice al líder y le haga dar la milla extra. En el caso de Félix Sánchez probablemente se conjugaron muchos factores de motivación. Mostrar agradecimiento a un país que lo ha convertido en su máximo representante olímpico, demostrarle a los EE.UU. “de lo que se perdieron” al no haberle aceptado en su equipo mundial a finales de los 90, honrar la memoria de su abuelita fallecida en la víspera de su carrera clasificatoria en Beijing o retirarse con gloria podrían ser algunos.
CUARTA LECCIÓN: Fije una Posición: Si bien la flexibilidad es un atributo de todo líder exitoso, de igual forma la vacilación y la ambigüedad son sus peores enemigos. Un líder puede variar el camino hacia la meta cuantas veces las circunstancias lo requieran, pero el cambiar el destino debe ser resultado de una profunda introspección y reflexión. Cambiar el rumbo sin una justificación válida genera confusión, disipa la energía y el enfoque, evidencia incoherencia y sobre todo impide lograr hitos contundentes en el camino al éxito. Cuando somos coherentes y consistentes en nuestro camino y permanecemos en él suficiente tiempo la vida se encarga de abrir una serie infinita de puertas y oportunidades que nunca habríamos descubierto si hubiésemos cambiado el rumbo. No hablamos de obsesionarse con algo cuando todo indica que no es viable. Hablamos de ser persistentes y creer en su causa. La primera representación de la República Dominicana por parte de Félix Sánchez fue más bien circunstancial y no una acción meditada, pues fue la forma de entrar a una competencia mundial en la que no pudo calificar como norteamericano. De hecho a sus 20 años Félix Sánchez nunca había visitado la Rep. Dom. y hablaba un español muy limitado. Pero una vez representó la República Dominicana jamás se planteó cambiar de “nacionalidad deportiva”. ¿Qué hubiese pasado si Félix Sánchez en momentos de gloria se hubiese pasado a representar los EE.UU.? Probablemente hubiese llegado lejos también, pero hubiese sido un campeón olímpico más, no el símbolo de un pueblo y cuya historia hoy día todos en el mundo conocen…